Lo había perdido todo tras la muerte de mis padres, pero Hades estaba ahí, con
el bolígrafo en la mano, para que le cediera mi vida.
Podría haberme negado, pero entonces me quedaría sin hogar. Sin un sistema de
apoyo, estaría sin dinero.
Así que dije que sí.
Hades era mi tutor. Yo era su protegida.
Era cruel.
Yo era demasiado inocente.
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