Todo empezó con un beso, algo dócil y dulce. Todo acabó con sangre, asesinatos y cicatrices.
Había una vez una chica con el pelo como el oro. Fue sometida a la crueldad de este mundo.
Porque no era una princesa, sino un mero peón, su belleza era algo que otros buscaban.
En este mundo no sabía en quién confiar, porque al cruel príncipe no quería pertenecer.
Esto la hizo insensible y fría. La que fuera una buena chica se convirtió en un monstruo por sí misma.
Así que hizo un trato con un caballero desprevenido, pero ellos hablaban con acertijos, engaños y mentiras.
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