No la había notado antes... pero ahora sí lo hago.
Las
brillantes hebras doradas en su cabello castaño sedoso.
Pequeñas
arrugas entre sus cejas cuando frunce el ceño.
Su
pasión por la limpieza.
Una
vez que me concentro en ella, no puedo apartar la vista de mi nueva obsesión.
Nunca.
Necesito
saber todo sobre ella.
Su
pasado.
Su
presente.
La
forma en que toma su café. Exactamente
como huele después de un chorrito de perfume por las mañanas.
Ella
es perfecta en todos los sentidos y yo estaba ciego.
Pero,
Dios, ahora lo veo.
Me doy
cuenta de la forma organizada en que coloca su ropa en el armario. Cómo visita el mismo mercado cada
sábado.
Los
sonidos de su respiración mientras me acuesto en silencio bajo su cama.
Violet es mía.
Solo que aún no lo sabe.
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