Sex bomb
Así la guardaba en su móvil. Y es que Estela era una bomba de relojería y Poncho se derretía cada vez que la tenía cerca, por muy diferentes que fueran. Él, que era un codiciado soltero, nunca había sentido verdadero interés por ninguna mujer hasta que ella apareció en su vida. Solo que... Estela no parecía muy impresionada ni por su posición social ni por su dinero, más bien todo lo contrario. Darle esquinazo, aparentemente, se había convertido en su pasatiempo favorito.
Pero él era muy persistente y no quería ser tan solo uno más para ella. Se había propuesto conquistarla...
Superpijo
Así le llamaba. Y con razón. De buena familia, con un piso en la mejor zona de Madrid, un cochazo impresionante y Director General de una gran compañía, Poncho Álvarez era exactamente eso... un pijo arrogante y pagado de sí mismo que coleccionaba mujeres. De los tipos así huía ella como de la peste.
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