¡Y qué si tengo casi 40!
¡Y qué si estoy soltera!
¡Y qué si no encuentro a mi «Hombre Perfecto»!
Estoy hasta las narices de que todos me miren con pena y que insinúen que debo encontrar el amor. ¡Cómo si lo hubiera perdido a posta!
Y luego, de repente, mi… digamos novio-soso, me pide matrimonio. Pero como el Karma me odia, al mismo tiempo conozco a mi profesor de cerámica que está cañón y, por supuesto, me obsesiono con él. Y para colmo mi nuevo vecino-cachas no deja de espiarme por su ventana.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario