Diseñar zapatos era la pasión de Jenny Prillaman, así que
crear los zapatos de boda de un personaje de la alta sociedad era un sueño
hecho realidad. Tratar con la señorita en cuestión era algo muy distinto.
Mantener las distancias con su nuevo jefe iba a ser también una ardua tarea
porque, a pesar de tener la total convicción de que no debía mezclar los
negocios con el placer, Marc Waterson era demasiado sexy como para controlarse.
La ambición profesional de Marc era llevar la empresa hasta
lo más alto. Su objetivo personal sin embargo era encontrar una mujer con la
que sentar la cabeza. Lástima que Jenny estuviera más interesada en seguir sus
pasos en la empresa que en convertirse en su esposa...
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