Ivy Douglas no da crédito, porque dos años después de que
su vida saltara por los aires, se ha vuelto a encontrar de nuevo con el
culpable de haber puesto su mundo del revés.
Y es que Ivy estaba a punto de casarse, cuando cometió el
error de caer en la tentación de Alexander Archer.
Solo fue una noche… Una noche en la que se volvió loca de
remate, pero que fue suficiente como para dejar todo atrás y empezar de cero.
Y ahora, dos años después, cuando tiene las riendas de su
vida aparece él otra vez en escena.
Alexander. La tentación hecha carne. Guapo, sexy, exitoso,
millonario, atrevido, lúcido, explosivo, provocador, único… Irresistible.
Sin embargo, esta vez Ivy no piensa caer en la tentación. O
eso cree.
Y Alexander tampoco. Porque en cuanto descubre que va a
tener que trabajar codo con codo con la mujer con la que tuvo una aventura de
una noche que le marcó demasiado, decide que no quiere complicarse la vida. O
esa es su intención.
Sin embargo, una cosa es lo que dicta la cabeza, la lógica
y la sensatez y otra lo que grita el fuego incontenible de la pasión sin
remedio.
Claro que los dos se resisten a ir más allá del puro sexo.
No puede ser de otra manera cuando en los planes de Ivy no
entra enamorarse de un mujeriego como Alexander, y él está convencido de que
jamás cometerá el error de amar a nadie.
No obstante, ¿la vida no va de cometer errores y de mandar los planes a tomar viento?
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