Él entró en la vida de Silvia arrasando, pisando fuerte, y nunca mejor dicho, porque Daniel González, jefe del Grupo de Operaciones Especiales, le tiró abajo, literalmente, la puerta de su casa.
Tratar con la dueña de aquel piso no era nada fácil. Ella era
diferente, terca, hermosa y muy, pero que muy divertida. ¡Y quería que le
pagasen su puerta!La puerta que él le había destrozado.
Lo que para Daniel comenzó siendo un plan premeditado, se
fue complicando.
Y aprendió, poco a poco, que las armas de una mujer sensual eran capaces de causar mayor destrucción que su fusil de asalto.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario