Es un excriminal curtido. Ella es ajena a su mundo.
Adrik Volkov se esforzó por borrar de una vez por todas su pasado criminal, por él y por su hermano. Llevar Volkov Industries al siglo XXI le ha exigido todo. Pero ha merecido la pena. Las técnicas mineras patentadas de su empresa para extraer tierras raras utilizadas en electrónica y tecnología inteligente lo han convertido en multimillonario.
En lugar de partir piernas y ajustar cuentas, asiste a fiestas con gente que ni le gusta ni entiende. Todo forma parte de su nuevo cargo. Pero el dinero no puede borrar sus duros orígenes. Una vez pendenciero, siempre pendenciero. Esas habilidades le vienen de perlas cuando ve que acosan a una mujer en una de esas reuniones pijas, bañadas en alcohol, a las que tiene que asistir.
Sofia DiFalco era mucho más que una damisela en apuros. Aquella desconocida de curvas generosas le hizo vibrar el cuerpo de deseo y aceleró, aunque fuera un poco, su corazón endurecido. Desde el segundo en que la vio, Adrik solo quiso una cosa. Sofia en su cama. Pero tras una noche de pura tentación, desaparece sin dejar rastro.
Intenta olvidarla, pero es una obsesión y simplemente no consigue pasar página.
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