¿Qué es lo peor que te puede pasar cuando canalizas todo tu odio laboral en una cuenta de Instagram llamada @Malditojefe?
Yo te lo digo: que tu jefe, el heredero del imperio de diamantes más influyente del país, el hombre más frío, obsesivo y controlador que has conocido en tu vida, la descubra… y lea un post en el que confiesas que lo que más detestas de él es «lo increíblemente bueno que está».
¿Y quién, en su sano juicio, aceptaría una proposición indecente a cambio de no despedirme y olvidar mi pequeña traición?
Una servidora…
Total, ¿qué podría salir mal?


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