Tras un grave accidente de tráfico, Iris se encuentra sola
y malherida en medio del bosque.
A punto de morir, ella es encontrada por el Dominic, un ángel de las sombras
que sellara su destino para siempre.
Intriga, eso es lo que siento a su lado.
Él esconde algo y creo que eso es lo que le hace tan misterioso e irresistible
para mí. Su blanca tez y sus ojos, esos extraños ojos color ámbar me dejaban hipnotizada
cada vez que nuestras miradas se cruzaban.
—Hay algo que debes saber Iris. —dijo con calma.
—Hay muchas cosas que debo saber Dominick. —le dije enfadada—. Como por ejemplo
lo que me has hecho en el cuello.
Él asintió y se acercó hacia donde estaba en la cama, subió a ella hasta y
llegó al centro, donde estaba yo sentada.
Con su mano derecha apartó delicadamente mi cabello para ver la mordedura.
Mientras tanto yo giré mi cabeza hacia el lado contrario, me sentía intimidada,
cohibida, sabía que me había sonrojado y no quería que él lo viera.
—Cicatrizará pronto, tal vez en 2 o 3 días... —dijo, e hizo una pausa para
sentarse frente a mí
Dejé de evitar su mirada y por fin le miré a los ojos.
—¿Qué me has hecho Dominick? —le pregunté con lágrimas en los ojos.
Él me devolvió la mirada.
—¿No prestaste atención en el museo del cazador verdad? —dijo.
Sorprendida, asentí.
—Sí que lo hice.
Él rió irónicamente.
—¿Acaso no os contaron la historia de la malvada bestia del bosque. — yo
asentí.
Él se acercó peligrosamente hasta quedar sobre mí, haciendo que me diera cuenta
de su impresionante altura.
Arrastró mi cuerpo hacia abajo, dejándome tumbada bajo él.
Pegué un grito de sorpresa.
—Shhh... para poder entender lo que está pasando primero debes saber lo que
pasó. —dijo con voz ronca y aprovechando mi distracción separó mis dos piernas
para colocarse entre ellas
Gemí levemente al notar como presionaba. Disfruté de la extraña y placentera
sensación
— Debo advertirte que la bestia le encanta perseguir a su presa, tentarla...
castigarla... pero sobre todo darle placer...
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