Enemy - K. A. Merikan

 

“No beses durante un duelo con cuchillos.”

Roadkill. Violento. Descarado. Obsesivo. En el armario.
Clyde. Astuto. Despiadado. Realeza de los motociclistas. Atrapado en el mismo armario.
Roadkill.
Odio a Clyde Turner desde el momento en que lo vi. Lo odio por existir, por tentarme, por ser todo lo que no puedo tener.
Ojos azul hielo, una sonrisa arrogante que hace que mis puños ardan, un puto príncipe del club de motociclistas Hell’s Butchers. Lo deseo con todas mis fuerzas, pero como no puedo tenerlo, lo destruiré. Maté a su puto hermano y él es el siguiente.
Cuando un incendio nos atrapa juntos, la muerte parece inevitable. Sin salida y sin nada que perder, intercambiamos confesiones como promesas envenenadas.
Digo que me hubiera gustado follármelo. Solo para destrozarlo. Solo para ver su rostro perfecto retorcerse del asco.
Su respuesta es como una bala.
—Te habría dejado...
Clyde.
Debería haberme quemado hasta morir en ese incendio, porque ahora mi peor pesadilla se ha hecho realidad. Roadkill lo sabe. Conoce el secreto que he pasado años enterrando bajo sangre, alcohol y lealtad a mi club.
Tengo que matarlo. No hay otra manera.
Pero un duelo a muerte con cuchillos termina en besos y un trato cerrado a escondidas. Lo mantendremos en secreto. Nadie necesita saberlo. Enemigos con derechos, nada más. Un momento robado aquí, un toque allá, sin ataduras y sin traicionar al club.
Hasta que uno de nosotros muera, caeré en su cama, y mientras tanto, seguiré buscando al bastardo que mató a mi hermano.
Las secuelas.
Nada permanece enterrado para siempre. Ni los secretos, ni los pecados, y mucho menos los sentimientos. Lo que comienza como encuentros prohibidos se convierte en algo más profundo. No importa lo lejos que corramos, las sombras de nuestros clubes y el peso de nuestro odio amenazan con destruirnos.
Hay cosas de las que no se puede volver atrás.
Pero eso no nos impide darnos un último beso.
Y luego, solo uno más.