Era el hombre más odioso y maleducado que había conocido y sin embargo no podía dejar de pensar en él.
La señorita Heather Larson tiene el prometido perfecto; es guapo, rico y encantador. El problema es que él la considera como una hermana. Y para colmo, el día que por fin le pide matrimonio, aparece con el insufrible señor Whitcamb. Un hombre impertinente que la pone nerviosa con su escrutinio y su palabrería.
¿Pero que puede esperar una criatura regordeta y desaliñada como ella? Solo un matrimonio de conveniencia y las visitas inoportunas del señor Whitcamb.
Nada más conocerla, Robert Whitcamb queda intrigado por el humor y la inteligencia de la señorita Larson. Una mujer distinta a todas las demás, que se merece algo más que un matrimonio sin amor. Se merece a alguien como…él.
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