Me estaba ahogando. Dos trabajos, deudas crecientes y un pasado del que no podía escapar.
Entonces oí hablar de la clínica de gestación subrogada. Siete cifras si te elegían. Sin ataduras. Sin compromisos. Solo nueve meses y podría marcharme. Todo parecía perfecto. Hasta que le conocí a él. Valentin Morozov. Abdominales de hierro. Ojos como veneno. No solo era el padre, era el hombre detrás de la mitad del crimen organizado de Miami. Y de entre todas las candidatas para llevar a su heredero... Me eligió a mí.
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