Maddie no esperaba que su huida temporal de Manhattan la llevara al corazón polvoriento de Texas. Acostumbrada a los tacones, los cafés caros y el caos de la industria de la moda, aterriza en el rancho de su cuñado con cero experiencia lidiando con caballos o con cowboys herméticos, sexys y testarudos.
Cole ha hecho del silencio, la tierra y el trabajo duro su refugio desde que perdió a su padre. Dueño del imponente rancho vecino de los McCoy y adicto al control, no tiene tiempo para frivolidades, hasta que aparece Maddie, con su sarcasmo neoyorquino y una forma de desordenarle el mundo que no esperaba.
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