Después de la oscuridad, siempre viene la luz.
La oscuridad es donde he vivido desde que me llevaron hace todos esos meses. Arrastrándome en las sombras para jugar sus enfermizos y retorcidos juegos. No sé por qué me tomaron. Hablan de ojo por ojo, pero no conozco a estos hombres. ¿Cómo puedo ser castigada por un pecado del que no sé nada? Un pecado que no cometí.
Les encanta verme sufrir, viven para convertir mi vida en un infierno. Pensé que mi vida estaba acabada.
Hasta él.
Resplandecía a través de mi oscuridad como un rayo, brillando a través del vacío de nada. Era una fuerza con la que contar.
Pensaron que me habían roto, que de alguna manera habían ganado. Pero no lo esperaban a él.
Sé que yo nunca lo hice. Y ahora, mi vida nunca volverá a ser la misma
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