Mientras miraba por el borde de la galería, Sabrina Cameron
se estremeció al ver al gigante bronceado por el sol entrando a grandes
zancadas a la vista. Pero nunca reconoció al extraño... no hasta el momento en
que se encontró rodeada de brazos de acero cálido y ahogándose en ojos verdes
humeantes que alguna vez habían mostrado un frío desdén, pero ahora brillaban
con pasión.
Morgan MacDonnell, el niño, había sido su torturador. Ahora parecía que Morgan,
el hombre, resultaría infinitamente más peligroso...
Aunque el odio dividió a sus clanes, Morgan MacDonnell había venido a Cameron
Glen con la esperanza de una tregua... solo para descubrir que al final de la
noche la única forma de evitar el derramamiento de sangre entre las dos
familias era casarse con la hija de su enemigo. Pero incluso cuando Morgan se
llevó a Sabrina a su rustica fortaleza, su batalla no estaría ganada. Porque
esta delicada rosa opondría una lucha audaz... y el botín de la victoria sería
nada menos que el corazón de un MacDonell pagano.
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