Estoy rodeada de traidores. Es duro asumirlo, sin embargo
he llegado a esta conclusión después de verme sola. Mi prometido se ha ido con
otra y en vez de decírmelo a la cara, me manda un triste mensaje de voz tras
abandonarme en un crucero de lujo en el que íbamos a desconectar y a disfrutar
de tiempo para nosotros.
Mi empresa de moda se tambalea. Nunca pensé que, después de
tanto esfuerzo, mis colaboradores, en los que había depositado toda mi
confianza y a los que había pagado sueldos astronómicos, se pusieran de acuerdo
en hacerme la puñeta.
La prensa especializada en moda me ha tachado de insulsa y
fraude, así que no tengo ni ganas ni inspiración para salir a flote. ¿Qué puede
hacer una mujer de cuarenta ante una situación así?
Ya os adelanto que buscarse un sustituto no funciona, también te puede traicionar. Tampoco esconderse del mundo porque los problemas no desaparecen. Y el resto de ideas son ilegales.
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