Una reacción alérgica, una limusina y una corbata atada en las muñecas. Así comienza el largo proceso de sublimación que Leon habrá de llevar a cabo para derretir a la gélida Adrienne. Adrienne Saetre lo tiene todo para formar parte de un ambicioso proyecto científico: es brillante, nada la retiene en su ciudad desde que le partieron el corazón y es lo bastante lista para anticipar las contrariedades que le tocará afrontar.
No le sorprenderá que su labor de investigadora sea
continuamente escrudiñada por sus compañeros masculinos, y eso cuando no le
tiren los tejos de forma descarada; lo que la pillará por sorpresa será que la
complazca más de lo debido la persecución de un hombre encantador. Cálido,
cercano y de algún modo también incomprensible: Leon Dresner aparece en su vida
como un héroe salvador y el auténtico príncipe azul… sin perder en ningún
momento la etiqueta del cliché de jefe cañón.
La propuesta con la que ha decidido conquistarla aunque todo vaya en contra es tan irresistible como peligrosa: cuatro citas hasta llevarla a la cama. Se supone que no hay nada que temer cuando una mujer tiene la cabeza bien puesta sobre los hombros, pero… ¿qué pasaría si la perdiera? ¿Qué pasaría si después no quisiera recuperarla?
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