MI HERMANO Y YO DIRIGIMOS LA MAFIA.
No me meto con los civiles. Pero cuando veo a una hermosa
niña en problemas, no puedo evitar rescatarla.
Está fuera de combate, a merced de unos tipos que tienen
malas intenciones. La llevo a casa conmigo, la acuesto en la cama y sigo con
mis negocios.
MUY FÁCIL, ¿VERDAD?
Hasta que se despierta y ve algo que no debería haber
visto.
Algo que podría hacer que la maten. Algo por lo que
debería
matarla.
PERO NO LO HARÉ. NO PUEDO.
En cambio, la mantengo encerrada. Mi propio juguete
personal.
Una hermosa cautiva que no puedo liberar ni resistir.
Me he pasado la vida evitando por completo las relaciones
con las mujeres. ¿Pero ahora? Ella me pertenece.
Y NUNCA, NUNCA LA DEJARÉ IR.
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