Para el resto del mundo, era el chico que desapareció el 4
de julio.
Para mí, él lo era todo.
Mi corazón no ha sido el mismo desde que desapareció, pero aprendí a
reconstruir mi vida alrededor de esa pieza que faltaba.
Veintidós años después, lo último que espero es que vuelva la pieza que
faltaba.
Su nombre es Oliver Lynch y esta es su historia.
Esta es nuestra historia.
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