Un contrato, una firma y medio millón de dólares por interpretar a Romeo y Julieta. ¿Qué podría salir mal?
Tenía un trabajo que me encantaba. Sueños que parecían alcanzables. Y un plan.
Romeo Harrison, mi engreído y egoísta jefe, no formaba parte de ese plan...
hasta que decidió que debía hacerlo.
Supongo que así funcionan las cosas en Nueva York. La gente te programa en sus
vidas y espera que te pongas en marcha. Sin embargo, Romeo se equivoca. Si cree
que voy a desfilar por ahí como su falsa esposa, lo lleva claro.
Tengo planes que no incluyen ser manipulada.
Sueños que no incluyen una boda que solo es verdadera sobre el papel.
Aspiraciones que se quedan a la altura del betún en comparación con lo que
Romeo planea ingresar en mi cuenta bancaria. Sí, es cierto que estoy ganando un
buen sueldo trabajando para él. Sin embargo, con el dinero que me ofrece,
podría ir a la universidad, comprarme una casa, construir un castillo con
billetes de dólar, si así lo quisiera.
Supongo que lo que quiero decir es que... mis aspiraciones parecen mucho más
ambiciosas con la ayuda de Romeo.
Aunque lo odie.
Aunque sea demasiado atractivo para su propio bien y demasiado playboy para el
mío.
Este acuerdo podría ser como otro cualquiera. Además, la gente ha hecho cosas
peores por dinero, ¿verdad? ¿Verdad?
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