—Pagaré mi penitencia —afirmó él poniéndose de pie y rodeándola con sus brazos.
Ella no pudo contestar porque unos labios ajenos tapaban su boca. Sus lenguas se buscaron y se encontraron. Cualquier idea de trabajar en el caso o de mantener las distancias con Lucas se esfumaron como por arte de magia. Era el poder de sus besos y de sus caricias. Eran hechiceros y le hacían perder el control.
Sofía Valverde recibe un encargo muy especial: encontrar al ladrón de uno de los diamantes más famosos de las historia, los Lancaster. Alguien ha robado uno de ellos de la caja fuerte de Cristomo González, un reputado joyero de Basema. El principal sospechoso es Lucas Gascón, un guapo y en apariencia, serio abogado, que es descubierto husmeando donde no debe. Él clama por su inocencia, y la detective es la única que puede averiguar si es el verdadero culpable.
Aliados en la investigación, se enfrentaran a Alexander Petrovich, un mafioso ruso que controla toda la ciudad, cuyo único adversario es el jeque Abil. Un hombre taimado y siniestro, acostumbrado a salirse con la suya. Cuando la integridad de la propia familia de Sofía se pone en peligro, solo ella y sus colaboradores podrán protegerles. No pueden acudir a los cuerpos de seguridad o perderá lo que más valora en la vida: a su pequeño hijo Nando.
Ella no pudo contestar porque unos labios ajenos tapaban su boca. Sus lenguas se buscaron y se encontraron. Cualquier idea de trabajar en el caso o de mantener las distancias con Lucas se esfumaron como por arte de magia. Era el poder de sus besos y de sus caricias. Eran hechiceros y le hacían perder el control.
Sofía Valverde recibe un encargo muy especial: encontrar al ladrón de uno de los diamantes más famosos de las historia, los Lancaster. Alguien ha robado uno de ellos de la caja fuerte de Cristomo González, un reputado joyero de Basema. El principal sospechoso es Lucas Gascón, un guapo y en apariencia, serio abogado, que es descubierto husmeando donde no debe. Él clama por su inocencia, y la detective es la única que puede averiguar si es el verdadero culpable.
Aliados en la investigación, se enfrentaran a Alexander Petrovich, un mafioso ruso que controla toda la ciudad, cuyo único adversario es el jeque Abil. Un hombre taimado y siniestro, acostumbrado a salirse con la suya. Cuando la integridad de la propia familia de Sofía se pone en peligro, solo ella y sus colaboradores podrán protegerles. No pueden acudir a los cuerpos de seguridad o perderá lo que más valora en la vida: a su pequeño hijo Nando.
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