
Aun así, Dreel sospechaba que había gato encerrado en aquel
negocio que lo llevaría a Meadow, un pueblecito perdido en Texas, que con
suerte aparecía en los mapas y que no aportaría nada nuevo a su vida. Hasta que
se topó de frente con Alessandra Gardener.
En cuanto aquel ricachón engreído apareció en la cafetería,
Alessandra supo que marcaría un antes y un después en su vida, en la de ambos,
al verse inmersos en un juego en el que podían ganarlo todo. O perderlo.
Dicen que un trato es un trato… ¿Sería Dreel capaz de romper sus propias reglas?
Dicen que un trato es un trato… ¿Sería Dreel capaz de romper sus propias reglas?
Porque, más sabe el diablo…, pero ¿qué sabe el diablo sobre
el amor?
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