Érase una vez ella se convirtió en mía. Mía para conquistar.
Poder. Dinero. Estatus.
Todo lo que quiero, lo consigo.
¿Y si algo se interpone en mi camino?
Lo conquisto y lo destruyo.
Soy un monstruo sin cualidades redentoras.
Un cazador que busca a su presa con tanta saña que nada puede detenerme.
Mi presa se esconde en las sombras pensando que eso podría salvarlo de mi ira.
No lo hará.
Un verdadero cazador conoce una regla: toda presa puede ser atraída fuera de la
oscuridad con el cebo adecuado.
Y yo acabo de encontrar el mío.
Su hija.
El monstruo dentro de mí anhela poseerla.
Una belleza que termina atrapada en un castillo por la horrible bestia.
Seducirla y luego quebrarla será mi mayor conquista.
Después de todo, la vida es cruel.
Y yo también lo soy.
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