Su obsesión sería su ruina.
En mi mundo no hay lugar para lo dulce o lo inocente.
No hay lugar para los errores o las debilidades.
Mi vida estaba llena de oscuridad, codicia y corrupción.
La sangre se derramaba tan fácilmente como el agua y la vida se tomaba sin
pensarlo mucho.
Hice un juramento a mi hermana de que la gente que la dañó hace tantos años
pagaría, y la única moneda que aceptaría sería su vida.
Hasta que ella llegó.
Ella no pertenecía aquí, una luz en la oscuridad, una flor que crece en un
campo de batalla.
Su dulce naturaleza era como un faro para mi depravado corazón, y sabía que
acercarse a ella sería su condena.
Pero algo en ella me llama y no tarda en atraparme su canto de sirena.
La tendría.
La mantendría.
Ella es sabia al tenerme miedo porque no soy el héroe de su historia...
Soy el villano.
Soy el hombre que la corromperá.
Pero voy a tomarla de todos modos.
Aunque la arruine.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario