
Pronto Laramie se entera de que Sully es gay, igual que él. Esto lleva a una cita más tarde esa noche y a besos clandestinos bajo la lona de Sully durante una tormenta. Por primera vez en su vida, Laramie cree que ha encontrado un hombre para amar, un hombre que podría amarlo a su vez... tal vez.
Pero como siempre, la boca de Laramie lo mete en problemas. Él se pasa de exaltado, pero pronto se arrepiente de sus acciones y anhela volver a Sully y disculparse. Sin embargo, en un mar de medio millón de personas, ¿cómo se supone que localizará al único hombre que podría ser su todo?
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