No es por presumir, pero se me considera la mejor abogada
especialista en divorcios; por eso me llaman Tania la Implacable. Trabajo en un
gran bufete, y lo único que me interesa es prosperar y hacerme con el control
del mismo. A mis treinta y cinco años, no quiero pareja, hijos ni nada que
pueda entorpecer mi carrera profesional.
Por eso mi jefa me ha confiado un caso bastante delicado
para el que debo viajar a Roma y defender a una rica heredera que pretende
divorciarse de un infame italiano que se ha apoderado de la mitad de su
fortuna.
Y aquí estoy, en la ciudad eterna, aunque mi clienta ha
desaparecido del mapa y tengo que enfrentarme yo sola a su marido, un hombre
por el que, nada más conocerlo, he sentido tanta atracción como
odio. Dante es arrogante, manipulador… y el tipo más irresistible con el
que me he cruzado en mi vida.
Por supuesto, soy una profesional y ni se me ocurriría acercarme a la parte contraria (¡es el marido de mi clienta!), aunque para ello deba ignorar la batalla que se está librando dentro de mí. Porque he llegado a la conclusión de que Dante podría llevarme directamente al infierno… o al paraíso.
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