Emma Wilson. Rota. Una muñeca triste y rota. Quizá pienses que lo que estoy contándote no tiene sentido, pero cuando rozas la línea de olvidarte de ti mismo, tu vida cambia. Llega un momento en el que nada tiene sentido, en el que tú no tienes sentido. Ahí es cuando te das cuenta de que si no te quieres a ti mismo, jamás podrás querer a nadie con el corazón en la mano.
Esa soy yo, una mujer que se consideraba risueña y loca, a
la que le llegaron nuevas oportunidades sin buscarlas y, con ellas, muchos
problemas de los que no conseguí escapar. Lo principal es que estoy hundida en
un pozo por la persona a la que más amo. Se llama Edgar Warren, y tiene el
poder de destruirme o salvarme. ¿Quieres conocerlo?
Permíteme que te cuente la historia de una mujer a la que un solo hombre destruyó.
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