
Aterrorizada de que su visión nunca regrese, Tessa siente
que no le queda nada de qué alegrarse. Pero cuando sus abuelos colocan un
anuncio en el periódico local en busca de un mecanógrafo para ayudar a Tessa a
seguir escribiendo y blogueando, una respuesta poco probable llama a su puerta:
Weston Ludovico, un chico de su edad con ojos brillantes, una sonrisa
optimista… y sin piernas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario