Palos y piedras romperán mis huesos, pero las palabras
nunca me harán daño.
Quien haya acuñado esa frase es un completo mentiroso. Las
palabras son a menudo el arma más aguda de todas, desencadenando algunas de las
emociones más poderosas que un humano puede experimentar.
“Estás embarazada”.
“Es un niño”.
“Su hijo necesita un trasplante de corazón”.
Palos y piedras romperán mis huesos, pero las palabras
nunca me harán daño.
Mentiras.
Las sílabas y las letras pueden no ser tangibles, pero aún
pueden destruir toda tu vida más rápido que la bala de un arma.
Tres palabras: eso fue todo lo que se necesitó para
extinguir el sol de mi cielo.
“Se ha ido”
Durante diez años, la oscuridad me consumió.
Al final, fueron cuatro palabras profundas y ásperas que me
dieron la esperanza de otro amanecer.
“Hola. Soy Porter Reese”.
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