Ahora, soy la propiedad de un hombre.
Secuestrada y vendida, he sido decorada con moretones desde
el día en que mi mundo cambió hace dos años.
Sufro en silencio anhelando la libertad, pero nunca me
rompo.
No puedo hacerlo.
Hasta que llega él.
Elder Prest, el único hombre que me mira y me ve.
El único hombre más despiadado que mi dueño
Me desea por razones que no entiendo.
Me reclama por una noche, luego se va y nunca mira hacia
atrás.
Hasta que vuelve.
Y la vida se vuelve mucho más complicada
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