Llegué a la costa en un pequeño pueblo del lago.
Un lugar donde todos se conocen, pero… Nadie me conoce. Yo no me conozco. Si
una mujer no sabe su propio nombre, ¿existe realmente? No sé mi color natural
de cabello, mi fecha de nacimiento o dónde vivo. Soy invisible. Para todos,
para todo, incluso para mí misma. Excepto para él. Veo el reconocimiento en lo
profundo de su mirada, la forma en que persiste en mi rostro como si fuera un
rompecabezas que está desesperado por armar. Sólo quiero respuestas, la verdad…
el conocimiento. Sus labios están sellados. Aún así, sus ojos me seducen. No
puedo confiar en nadie, ni siquiera en mí misma. Alguien me quiere muerta, el
mismo que intentó enterrarme en una tumba acuática. Vendrán por mí otra vez… no
conoceré su rostro. Ni siquiera conozco el mío.
Soy amnesia.
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