Ella es mía, sólo mía.
No es la primera vez que mi club de motoristas compra a una
mujer en una subasta.
Siempre había sido divertido, pero esta vez… es diferente.
Sé que esto va en contra de nuestras reglas, pero no estoy
listo para compartirla.
Lo supe nada más verla.
Ella es diferente y voy a hacer lo que sea para no perderla.
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