Él lleva dos años escondiéndose del amor. Ella le demostrará que nunca ha estado a salvo de volver a enamorarse.
Lesslyn Gallagher es enviada a Inverness para centrarse en
la vida. Su abuelo ya no está dispuesto a darle más oportunidades tras ver cómo
abandona empleo tras empleo. Y aunque al principio llega con la sensación de
tener que demostrar que se merece esa última oportunidad, lo que descubre en la
destilería es que hay una parte de ella misma que desconocía. Como, por
ejemplo, que puede luchar por lo que quiere si se lo propone, que convivir con
cuatro hombres tan distintos entre sí no es tan terrible y que el amor puede
aparecer incluso en las entrañas de Escocia a manos de un hombre totalmente
opuesto a ella.
Julian Aberdeen vive por y para el trabajo. Tras una
ruptura amorosa que lo dejó incapaz de volver a fijarse en una mujer, recibe a
la nieta de su socio con los brazos abiertos y el ceño fruncido. Porque nadiele
advirtió que aquella mujer pondría todo su mundo patas arriba con sus risas, su
dulzura y esa tendencia insana a invadir su espacio personal llevando consigo
vestidos cada vez más irresistibles.
Y es que convivir bajo el mismo techo y luchar contra la tentación es casi tan imposible como pedir que llueva en plena sequía. Eso Julian y Lesslyn lo aprenderán bien cuando colisionen entre bromas y barriles de whisky.
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