Demasiadas cosas en tan poco tiempo. Tanto es así que, de buen seguro, cualquier mujer, incluida Karen, hubiera sucumbido, se hubiera desmoronado. A los pocos meses de morir su madre, el padre es asesinado. Y no sólo eso, incendian la que fue la casa familiar, asaltan el apartamento en el que vive e intentan atropellarla. Pero Karen, golpeada y magullada, violado su hogar, resiste. Marc no es ajeno a esa resistencia. Por primera vez en su vida esta mujer, esta enfermera dedicada por completo a su trabajo, descubre en el sentido más amplio, sensual y emocionalmente, el significado de la palabra amor. Sólo una trama de corrupción y asesinatos que arranca de la guerra de Vietnam y en la que están implicados políticos del más alto nivel puede poner en peligro la merecida felicidad que Karen y Marc empiezan a vislumbrar.
UNA ENFERMERA DEDICADA:
Karen Whitlaw apenas conocía a su padre, una simple sombra
en su vida que aparecía y desaparecía sin dar explicaciones. Por ello, cuando
recibió un paquete de él a punto estuvo de tirarlo a la basura. Días más tarde,
un policía le comunicaba la noticia: lo habían asesinado en extrañas
circunstancias en las calles de Nueva Orleans. ¿Quién era aquel hombre del que
había heredado sólo el apellido… y un montón de problemas? No podía odiarlo,
pero ¿lo quería? ¿Después de abandonar a su madre, de marcar su vida, de hacer
de ella una mujer arisca, distante, incapaz ya de confiar en ningún otro
hombre?
UN POLICÍA CON CLASE:
Sólo un policía fuera de lo común podía ver tras el homicidio
de un vagabundo un crimen aún peor. Sólo un hombre seguro de sí mismo, fuerte y
atractivo, pero, ante todo, educado y sensible, protector, sería capaz de
lograr que una mujer como Karen se enamorara.
Marc Chastain procedía de una familia de abolengo venida a menos, y ello le confería un aire de distinción, de auténtico caballero sureño. Por otra parte, también podía ser un enemigo feroz, experto en lucha callejera y hábil en el manejo del cuchillo y la pistola. Tanto en su profesión como en sus relaciones, esta combinación hacía de él uno de los mejores policías y, tal vez… un gran hombre.
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