Cuando Alice se despertó esta mañana, no esperaba acabar en
un concurso de televisión donde los concursantes son terribles pasteleros. Ha
sido emboscada y ahora se espera que haga un pastel que realmente sepa bien...
¿mientras las cámaras ruedan? Justo cuando Alice piensa que la situación no
podría ser peor, el hombre que siempre ha amado desde lejos, el famoso
pastelero británico Sebastian Cove, es presentado como uno de los jueces.
Sebastian tiene la reputación de ser despiadado cuando juzga los postres, pero sus ojos glaciales azules se suavizan en el momento en que aterrizan en la dulce y nerviosa Alice. Quiere mucho más que una pizca de su azúcar, y moverá cielo y tierra para... conseguirla.
Sebastian tiene la reputación de ser despiadado cuando juzga los postres, pero sus ojos glaciales azules se suavizan en el momento en que aterrizan en la dulce y nerviosa Alice. Quiere mucho más que una pizca de su azúcar, y moverá cielo y tierra para... conseguirla.
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