Sin dinero y abandonada, Charlotte Atchenson acepta un
puesto de institutriz para los hijos ilegítimos de Lord Alistair Cassilis.
Cuando Eliza pone un pie en el carruaje del señor escocés, se enfrenta al
enemigo más peligroso que una mujer puede enfrentar: un pícaro encantador. Sin
embargo, el peligro no es solo para su corazón, sino también para su vida.En un esfuerzo por negar a los hijos ilegítimos de su hijo, la madrastra de Alistair insiste en una institutriz adusta que romperá sus espíritus rebeldes. Alistair, sin embargo, decide que la muchacha bonita con un colorido vocabulario francés que aparece en el salón de su madrastra es exactamente lo que los niños necesitan. Si la idea ofende a su madrastra, mucho mejor. Si la muchacha es lo que necesita... bueno, un hombre no puede pedir más. Su madrastra no tiene la intención de que Alistair abra su corazón a sus nietos, o la mujer que los cuida. Sus planes incluyen obligarlos a salir a las calles.
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