El trato era simple. Alexis quería un bebé, y también
Deacon. Sin línea de puntos para firmar, sin abogados involucrados. Sólo un
acuerdo entre dos vecinos para embarazarla y tener lo que ambos deseaban
desesperadamente. Un bebé. Y por fácil que sonara y lo sencillo que debió haber
sido todo, fue todo lo contrario. Alexis estaba enamorada de
Deacon. Deacon estaba enamorado de Alexis. Pero ambos tenían miedo de
admitir lo que sentían por el otro... hasta que ya no lo hacían. Debió ser un
simple acuerdo, un acuerdo de bebé, pero resultó ser mucho más.
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