¿Cuál es el límite del juego?
Camila Bertona es una joven escritora a la que la vida
le presenta, una y otra vez, la oportunidad para que deje fluir de su interior
el tremendo potencial que ella, por temor o simple omisión, no consigue ver.
Algo que, dentro de su terquedad, resume como un simple bloqueo tras pasar por
una separación al ser víctima de un desengaño.
Julián Somoza es un locutor que conduce su propio
programa de radio: Sin Censura. En ese espacio desnuda, con su
encantadora voz e innato don de manipular, a las oyentes, despojando de todo
pudor a quien se atreva a seguirlo.
Una ventana abre el juego entre ellos, uno en el que el destino está planificado. Pero la pasión rompe barreras y desencadena eventos fuera de control, en los que ambos deberán dilucidar... ¿cuál es el límite del juego?
Efectos colaterales
Tras buscar cuál es el límite del juego, Camila Bertona se
encuentra con alguien que ni ella misma puede creer que existe. Una mujer
atrevida y desafiante hará que, cada vez que se mire al espejo, descubra qué
hay detrás de la pantalla que la mantuvo alejada de todo aquello que le
significa salir de su zona de confort.
Y si hay un sitio en el que Julián Somoza consigue moverse
como pez en el agua, es el de la transgresión. Él es el mejor guía que Camila
puede tener para salir airosa de cada uno de los laberintos oscuros en los que
entra de su mano.
Juntos viven experiencias que superan unas a otras.
Sensaciones en las que el punto de conexión está siempre al borde de un
peligroso abismo. Un tentador pero arriesgado camino regado de pasión y efectos
colaterales de los que salir triunfantes no depende únicamente de ellos.
Usted me vuelve loco
El éxito en la carrera de Camila Bertona entra en su vida y
se instala para quedarse. Un mundo ajeno, que encandila a quienes la rodean, le
demuestra una realidad a la que no quiere pertenecer. Pero no es algo que
dependa de ella salir de la espiral armada por intereses ocultos.
Julián Somoza recibe los efectos de la onda expansiva, una
bomba armada por sus propias manos. Devastado, sacude de su existencia los
perdigones que llevan nombre y apellido y se propone comenzar un nuevo
recorrido a pesar del dolor arraigado en su alma.
Esta vez, el destino decide tomar las riendas que le fueron
quitadas durante tanto tiempo y jugar bajo sus propias reglas para enderezar la
línea que la locura, y su perturbador manejo, torció.
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